sábado, 17 de enero de 2015

Un viaje en coche típico de Carol y Lucia.



Tres minutos para que el tren llegue, tres minutos para pisar Madrid, para ver esa carita sonriente de la chica mas guapa del mundo, y no quiere decir que vuestras novias sean mas feas que la mía, sino que pa' mi, la mía es la más guapa porque es la que me gusta.

Suena el móvil, me tiemblan las manos y casi se me cae al suelo del tren, es ella.
-Eh cielo, ¿cuanto falta?
-Pues creo que unos 20 minutos.
-Ay bueno que nervios, a ver si llegas ya, ¿viene con retraso entonces?
-Si, parece que si aun se ve campo, nada de ciudad.
-Bueno, he aparcado ya, aquí te espero.

Ya sé, ya sé... que quedan 3 minutos y no 20, pero es que me gusta cogerla desprevenida, y más aun abrazarla desde atrás, después de sentirla noche tras noche esperarme, quiero quitarle las penas con un abrazo inesperado.

Bueno bueno bueno que el tren está parando; no soy de esas personas que esta ya de pie esperando a que abran las puertas, pero en estos casos si. Ahí estoy la primera, lista para buscarla. Ando un poco perdida siempre por la estación, pero aiaiaiaiai que tengo a mi niña a 10 metros y aún no se ha dado cuenta.

Ya está, estoy tan cerca que la huelo desde aquí, lleva una colonia, que he de reconocer que me pone demasiado, pero creo que me pondría en cualquier persona que la llevase, estoy un poquito enfermita si.

La abrazo, dios, este es de los mejores momentos de todos, lástima que solo ocurra unas 7 veces al año, el reencuentro, pero por ver su pedazo de sonrisa y lo guapa que está merece la pena la espera. Se da la vuelta y me abraza más fuerte de frente, lo mejor de todo es que a medida que avanza la relación más ganas le tengo, momentos así jamás me van a cansar. Ella sueña con tirarse a mis brazos y cogerse tipo a caballito, pero mi espalda no está para esos trotes, así que lo compenso con el primer beso de muchos que le pienso dar.

"Discutimos" porque quiere llevarme la maleta al coche, le entran unos cuantos "aaaaaaai" de esos que te coge los mofletes y te apachurra, y ya me tiene enamoraita más si cabe, porque vamos, yo creo que más pillada de esta mujer no se puede estar.

Finalmente nuestro momento, a solas en el coche, como comprenderéis tengo muchas ganas de comérmela a besos. La beso, pero un beso en condiciones, donde ponemos todas nuestras ganas acumuladas, dios, su lengua, sus manos recorriendo mi cuello, su puta colonia que me enloquece, le encanta tocarme el cuello mientras me besa, sabe que eso me acelera. Soy tan lerdita que me compro su colonia y la echo en la almohada cuando estamos lejos.

Arranca el coche dirección su casa. Es de noche, llevamos mes y medio sin vernos. Lucia no puede aguantarse y me pide le toque la entrepierna mientras conduce, me niego, varias veces me niego y no es que no tenga ganas, sino que; coño, vas conduciendo. Pero nada, siempre caigo ante sus encantos, en el fondo, yo también tengo ganas de aquí y ahora.

Suena Britney Spears, que nos flipa a ambas. Lucia agarra con las dos manos temblando el volante, no puede contener los suspiros que provocan la yema de mis dedos al rozar su pantalón, simplemente varias pasadas suaves para provocar que la temperatura en el coche suba algunos grados. Un "uff nena" que sale de su boca ya me enloquece el cuerpo.

Quiero llegar ya a casa, empotrarla y que la noche nos lleve. Pero el camino Atocha-su casa no es tan corto como yo quisiera. Sigo pasando mi yema del dedo por su pantalón, ahora mucho mas marcado el camino de sus labios. Quiere abrir las piernas para que yo pase mi mano por completo, pero tiene que tener los pies en los pedales por lo que no puede moverse de como está. Una situación bastante excitante para mi, ya que la estoy provocando al extremo, diciéndole al oído todo lo que me gustaría hacerle, mientras simplemente paso mi dedo por su entrepierna, que no me hace mas que darme calor.

Pronto estamos ya por su barrio, no en carretera, y de un volantazo Lucia se para en una zona del polígono, me quita la mano, se desabrocha el pantalón, se retira las braguitas, vuelve a coger mi mano y la lleva hacia su entrepierna, esta vez sin nada que me impida disfrutar lo mojada que está. Que efectivamente, esta empapada. Paso solo la yema del dedo, tal y como lo estaba haciendo antes, igual de despacio, la situación me pone, saber lo desesperada que está porque la toque y seguir tocándola pero así de despacito. Arriba, abajo, repartiendo la humedad; ahora en círculos, ahora en esa zona que a ella la retuerce, pero solo con la yema del dedo corazón.


-YA ESTÁ, FOLLAME POR FAVOR!!! - Lucia
-Es que me está divirtiendo demasiado hacer esto, me relaja - Carol

Mentira, no me relaja, me pone a mas de ochocientos, pero me encanta tenerla así de encendida. Continuo más tiempo dedicándolo a tocarla, a pasar mis dedos, esta vez con dos, sigo en la zona, mojando mis dedos más aun, resbalan, se deslizan. Hacen amago de entrar pero no entran. Lucia sigue agarrándose las braguitas para retirarlas lo máximo posible, abriendo las piernas hasta tocar la puerta del coche con la rodilla izquierda. Me suplica que le folle de nuevo, no quiero, no considero que deba darle ese placer ahora, me encanta provocarla, me vuelve loca comerle la boca mientras mi mano esta mojándose ahí abajo, tocando sus labios suavemente.


La forma en que me besa me demuestra y me da a entender que quiere más, que eso le gusta, pero necesita satisfacer la necesidad que el cuerpo y el movimiento de su vientre le piden, mueve las caderas como si le fuera la vida en ello, como buscando que mis dedos entren.
Finalmente le doy lo que quiere, pero no todo lo que me pide, quiero que me sienta dentro por unos momentos, introduzco en ella solo un dedo, despacio, que sienta como le roza lento, como entra y llega hasta el final; Lucia se retuerce y mueve en círculos la cadera para sentir más aun ese dedo.

Pero no lo va a sentir tanto como desea, porque no lo voy a mover. Lo dejo quieto, y lo saco pero muy muy despacio. Ahora vuelvo a tocar todo el exterior de su entrepierna con mi mano, pasando cada uno de mis dedos secos para mojarlos, creando un camino con cada uno de ellos. Me los llevo a la boca, uno a uno para saborearla, le pone que lo haga, le pone que me lleve a la boca el dedo que ha estado dentro de ella, y que succione varias veces. Sobretodo si le miro a los ojos. Lucia suspira, gime lento y suave. No sabéis lo que puede encender esta mujer con esos jadeos.

Ahora quiero más, me encanta el sabor, me encanta el calor que desprende. Echo su sillón hacia detrás dejando espacio suficiente para meterme entre el asiento y el volante para agacharme ahí, quito por completo sus braguitas, dejándolas en el asiento del copiloto, necesito que Lucia abra bien las piernas para sentir por completo como me empapa la boca.

No me demoro más, se acabó el ir despacio y suave, ataco donde más le gusta, donde mas le pone, ahí justo en el sitio. Pasadas en línea, justo en el centro del clítoris, mi lengua baila, pero no al azar, sino justo donde se que le gusta, donde se que mi lengua y mis labios van a disfrutar de ella y de todo lo que puedo sacar de ella cuando esta perrísima.

Su cuerpo se eleva apoyándose en lo que puede para erguirse, mi lengua baja, se olvida del clítoris, y llega hasta la entrada, poso la punta de la lengua justo en el sitio donde se que la va a enloquecer más, meto parte de mi lengua, y realizo pequeños movimientos dentro-fuera-dentro-fuera, mojando mi boca. Lucia se retuerce, mueve las caderas, para que mi lengua tenga más fácil el acceso. Si, la estoy follando con la lengua, pero solo en la entrada con la punta de la lengua, sin salirme de ahí. Lucia gime, gime y gime, y sus gemidos son el motor que mueve mi lengua dentro y fuera.
No para de moverse, de agarrarse donde puede para impulsarse, de mojarme. Su interior recorre mis labios, ahora si, ahora esta preparada para que le folle.


Me salgo de ahí, llevo mi boca a su boca, dándole a saborear todo lo que le he producido, ahora es cuando mis dedos entran con toda la facilidad del mundo en ella. Cuando mirándola a la cara y besando sus labios, mis dedos entran y salen suave pero rápidamente hasta llevarla al máximo placer.






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