lunes, 28 de octubre de 2013

Concurso foto tetas dedicada 2

Tenéis hasta el día 1 de noviembre para enviar vuestra experiencia a tuxcasualidadnoserasbollerita@gmail.com (Asunto:mi experiencia) algo como lo que podéis leer a continuación, la ganadora, elegida por Lucia y por mi, y otras dos chicas que elegiré de twitter, se llevara una foto tetas dedicada. Os animo a participar y compartir vuestra primera experiencia comiendo un coño.

EXPERIENCIA F:

Que decir cuando la ves en tu cama, recién desnuda, con su ropa en tu suelo, cuando lo que más deseas es tenerla entre tus brazos y hacerla disfrutar a cada segundo. Que hacer cuando sientes su calor cerca, cuando tienes deseos de lamer cada parte de su cuello, cada centímetro de su pezón. Es inevitable que tus deseos irrumpan, te descontrolen en esos momentos, que tu lengua juegue con su placer por su pecho y que lentamente, a través de dulces besos, llegues hasta su sexo y que la mires, que vuestras miradas se crucen y que sonrías jugando con su nerviosismo e inquietud previos al placer que la proporcionarás. Y es entonces ahí cuando saboreas la parte mas sensible de su cuerpo, cuando la tienes a tu merced, cuando simplemente la das placer con tu lengua, entre sus labios. Es ahí, en ese momento, cuando sus gemidos alcanzan un nivel superior y viene a tu boca todo su placer.

EXPERIENCIA G:

Pues mi primera experiencia fue con mi novia estábamos en mi cuarto ambas sabíamos que lo íbamos hacer, así que cuando ya estaba desnuda sólo tenia las bragas se las quité y le hice algunos chupetones por las ingles para excitarla más entonces me acerqué poco a poco y le pasé mi lengua y note como se estremecía y la empecé a mover rápido hasta que....

EXPERIENCIA H:

Mi primera vez fue con mi chica, en su casa, en su cama. Recuerdo que lo teníamos todo previsto, sabíamos a lo que Íbamos, no tenía que surgir nada. También recuerdo los nervios que tenía que me recorría el cuerpo, la primera vez que alguien me vería desnuda, la primera vez la primera vez que yo vería a una chica totalmente desnuda... Pusimos música fuerte para callar nuestros gemidos y recuerdo como fui poco a poco bajando desde sus labios, sus pechos, su ombligo, hasta llegar a donde tenía que llegar. Empecé a lamer, a jugar con él...era una sensación extraña pero agradable a la vez, me fascinaba ver como se movía de placer, como gemía,como le gustaba lo que le estaba haciendo... Era increíble ver el placer que provocaba mi lengua sobre ella.

EXPERIENCIA I:

Un día estando en clases en la Universidad, me llego un mensaje de texto de mi novia diciéndome: “Hoy me lo comes, te espero en mi casa después de clases”, me puse tan nerviosa que hasta me temblaban las piernas porque yo no sabía cómo se hacía eso, llegue a su
casa ella me abrió la puerta en toalla, y a lo que vinimos, tan novata yo hice lo que se me ocurrió, lamer su clítoris despacito ayudándome con los dedos, haciendo que se mojara, ella me pedía que acelerara y así fue me quede un buen rato hay intentando que se corriera solo con mi lengua y nada, yo me canse y le dije sabes que lo intentamos mañana y me fui, al día siguiente me termino diciendo que me faltaba cancha, eso fue hace 6 años, que me lo pida ahora para ver.

EXPERIENCIA J:

Fue a mi novia, que actualmente (y para siempre) es la misma :3
Ella aparecio, citada por mi en mi casa una magnifica tarde, con unos
pantalones amarillos, que le marcaban sus fuertes y tonificadas
piernas.
Estaba genial, tenia muchas ganas de verla desnuda.
Empezamos a tontear y ya estabamos desnudas de cintura para arriba, y
bastante calientes, yo queria comerselo por primera vez, pero ella,
por incidentes pasados, tenia miedo a ello, asi que tenia que ir
lento, y en vez de molestarme, me hizo entender que era un privilegio
que me estaba entregando.

EmpeCé a desabrocharle los pantalones, y le miraba directamente a los
ojos, estaba bastante nerviosa, pues nunca habia habia comido una
delicia asi...
Le baje los pantalones hasta la rodilla, y empeze a bajarle las
braguitas, me di cuenta de que no podia, y de que ella estaba
nerviosa, asi que empeze a dejarlo asi, y me acerque con la lengua a
su sexo, y la movi un poco, imitando movimientos que habia sentido en
mi dias antes.
Le apretaba las manos, y agarradas a ellas, la miraba a los ojos para
ver como iba ella.
Cogi un poco mas de confianza y le baje las braguitas y los pantalones
por completo.
Ella a cada movimientos de mi lengua en su sexo, cerraba mas los ojos
y respiraba fuerte, asique pense que ya tenia la confianza que yo
necesitaba para ''atacar'' y  empeze a hacer lo que mi lengua y mente
dictaban.

Creo que al final no lo hize tan mal, pues se vino en un precioso y
ansiado orgasmo

Zaida y Martita: Parte 4



Ahí estaba Zaida, andando de seto en seto, de árbol en árbol, caminando cautelosamente pero rápido para no perder de vista a Marta, aunque era imposible que se le fuera del campo visual porque era lo único en lo que se estaba centrando en ese momento. Marta seguía la acera de su calle, iba despacio, parece ser que todavía no había aprendido a patinar muy bien del todo; Zaida empezó a enseñarla cuando su relación comenzó, el primer sentimiento que se le vino a Zaida fue ternura, su pequeña aún no sabía patinar, quizás porque Marta sólo quería ser enseñada por su profe Zaida, y eso le trajo una leve sonrisa a su carita.

Al parecer Marta se dirigía al parque, sí, ese mismo parque donde crearon más de la mitad de los recuerdos que tienen juntas. No estaba muy lejos de su casa, lo cual tranquilizó a Zaida porque no tendría que seguir corriendo detrás de Marta con miedo a que la viera, en el parque Marta se quitaría los patines y con el follaje de los árboles, plantas, setos y tal pues sería bastante fácil no ser pillada en la persecución.

Y así fue, en la entrada del parque, Marta se sentó en un banquito, se quitó los patines, se puso sus zapatos y entró en el parque. Zaida observaba detenidamente la situación, su chica se quitaba los patines, con poca habilidad, siempre era Zaida la que se los quitaba, y luego le hacía la gracia de ser el príncipe poniéndole a Cenicienta los zapatitos, que recuerdos ¿no? Esos recuerdos estaban trayendo a Zaida muy buenas sensaciones, Marta estaba sola, que era lo que Zaida quería, a ver si podía hablar con Marta a solas, sin causarle daño, ni molestarla, solo aclararle todo y luego retirarse o quedarse, como Marta quisiera.

Obviamente Zaida deseaba quedarse, agarrar por el pelo a Marta, besarla, abrazarla, sentir el olor, el cual podía percibir a metros y metros de distancia, quería hacerla reír como solía, quitarle las penas a mordiscos y besos en el cuello. Que Marta volviera a confiar en ella era su principal objetivo.

Marta se adentraba más y más en el parque, Zaida no se lo podía creer, parecía que se estuviese dirigiendo a aquella esquina donde se besaron por primera vez, flipando estaba Zaida... El naranjo seguía igual, luego el estanque de los patos, luego subir el puente para cruzar el río pequeño, y cuentas uno, dos, tres y cuatro árboles, y ahí estaba el sitio secreto de las dos. Siempre ponían varias toallas para estar agusto, se pasaban horas abrazándose, contándose historias, y besándose.

Pues sí, lo que Zaida sospechaba se cumplió, Marta se metió en ese cuarto árbol, puso dos toallas y se sentó. Zaida observaba todo esto desde el árbolito anterior, ¿Ahora que? ¿Entro? ¿Digo hola? ¿La abrazo? ¿Que hago? Zaida barajaba diferentes posibilidades, ¿y si está esperando a alguien y se lo estropeo? Puede que Marta estuviera esperando a otra persona, que no es Zaida, o puede que sí que esperara a Zaida, y que hubiera estado repitiendo estos paseos al parque durante los dos horribles años de lejanía.

Zaida se sentía muy desgraciada, Marta llevaba dos años engañada, esperando a su novia, y su novia no pudo estar ahí, pero no era momento de ponerse mal, era momento de empezar de 0, o bueno, empezar de 1, porque de 0 sería el principio de su cuento.

-¿Eh? ¿Hay alguien ahí? - Marta

Ais , esa voz adorable, dulce, tierna, otra vez, después de un largo tiempo sin oírla volvía su oído a disfrutar de semejante sonido, ahora Zaida necesitaba esa voz a centímetros de su oreja.

Zaida acababa de estornudar, las hojas del árbol estaban rondando por su nariz. Si Marta estaba preguntando si había alguien con tanto ímpetu, era porque no esperaba a nadie, bien, puntito a favor de Zaida.

-¿Hay alguien? Sé que hay alguien, has estornudado dos veces ¿Quien eres? ¿No seras tu mama no? Ya te dije que vendría aquí, me gusta este sitio, me relaja y me calma. -gritaba Marta indignada porque parecía que la estuviesen espiando- ¿Porque no contestas? ¿Quien eres entonces? ¿Belén, Andrea, Paula? Jooo, que me gusta este sitio, que lo entendáis de una vez, que no estoy loca por venir aquí a meditar sola, iros.

El estómago de Zaida sentía mariposillas, emoción, le encantaba oírla así de enfadada porque Zaida con dos besos la ponía a sonreír rapidísimo, estaba nerviosa pero tenía que salir ya, decirle que era ella, que quería verla y explicarle todo, de repente Zaida tosió, estaba cansada apenas había dormido, y tantas emociones tenían su cuerpo fatigado.

-Esa tos, esa tos... la reconocería aunque me cortaran las orejas, ¿Zaida? ¿Eres tu? No, es broma, no puede ser, me estoy imaginando todo. - Marta

La tos se repitió.

-Eres Zaida, estoy segura, ven, acércate, se que eres tu, me da igual que no me quieras y que hayas venido a reírte de mi por esperarte, sal de ahí y acércate aquí ya por favor, llevo dos años viniendo aquí, esperando que ocurra esto, que vengas, te necesito cosita, no se porque no has estado, si me has dejado de querer dime que he hecho mal, ven aquí ya. - Marta

Zaida, a punto de llorar de tristeza y emoción, Marta la esperaba a ella, la llevaba esperando todo ese tiempo, con pequeños pasos se acercó, y tras todo ese caos de distancia y separación, las miradas de ambas se cruzaron.









domingo, 27 de octubre de 2013

Zaida y Martita: Parte 3


Zaida estaba ya desesperada, solo una semana tenía para planearlo todo, Marta estaba a dos días de hacer selectividad, decidir su futuro, irse de vacaciones, y en septiembre supuestamente iría a la universidad, quien sabe si quizás se quedaba en esa misma ciudad, o se iba lejos, muy lejos, donde Zaida jamas podría localizarla, y eso la tenía muy asustada.

Decidió centrarse en la "huida", lo que hacer una vez allí ya lo pensaría durante el viaje de vuelta a lo que siempre había sido su ciudad, y donde para ella, estaba su familia real.

Zaida llevaba ahorrando dinero durante esos dos años, quería escaparse, le daba igual ser una desgraciada y vivir de aquí para allá toda su vida, si así conseguía ver a Marta, explicarle la historia real, e intentar estar con ella, no pensaba en "volver con ella" porque teóricamente no lo habían llegado a dejar, pero en su cabecita Zaida sabía perfectamente que Marta podría haber conocido a otra persona, que quizás era muy feliz, y Zaida no la iba a culpar por ello, porque lo que mas ilusionaba y motivaba a Zaida era ver a su Martita feliz.

"Volver a besarla, a abrazarla, a sentir su boca en mi cuello... su olor, sus sonrisas, sus miradas pícaras, quiero estar a su lado, el tiempo no hará que me rinda, y mucho menos la puta distancia, y las putas circunstancias que me tienen lejos de ella, quiero un futuro a su lado, lo necesito, y lo llevo pidiendo a gritos en silencio todos estos meses, largos y desesperantes meses, quiero volver a darle esa confianza que ella depositó en mi, hacer que se sienta en casa conmigo, porque ella es mi casa"

Zaida sonreía mientras planeaba, al fin y al cabo volvería a ver a Marta, no sabe que pasaría, pero por lo menos la iba a ver, su actitud era positiva, el dinero ahorrado era suficiente. Decidió escribirle una carta a su madre, unas breves líneas donde explicaba sus intenciones.

"¿Te acuerdas cuando lloré aquella noche y viniste a consolarme mamá? No era por suspender aquel examen, era porque echaba de menos a Marta, ¿Y te acuerdas la rabieta aquella por que me rompiste sin querer el CD de Miley?  No era por el simple hecho de no poder oírlo, era porque era de Marta, juré devolvérselo y ahora no voy a poder, pero no pasa nada, le compraré otro. ¿Te acuerdas.... bueno no, no te puedes acordar, porque no te diste cuenta, pero tu hija ha llorado cada noche, se ha comido la cabeza porque ama a alguien y no entiende porque le impiden amar a quien quiera, estos dos años han sido un infierno, espero que perdones mi marcha, sera momentánea, volveré, si estáis dispuestos a quererme por lo que soy, no a obligarme a ser lo que queréis. No llames a nadie estaré bien, lo prometo. Te quiero"


Esa misma noche, Zaida, que supuestamente estaba en la biblioteca estudiando, se dirigió a la estación de autobús, para dirigirse a la capital, y de ahí a la ciudad donde sus sueños arrebatados iban a ser devueltos. Se montó en el primer bus que salía, sin previsión ni nada, simplemente con su mochila, sus ganas, y todos sus ahorros.

Pasó la noche durmiendo en el bus, bueno durmiendo bastante poco, la mayoría del tiempo se dedico a dibujar a Marta en su cuaderno en el cual había escrito durante esos dos años canciones, cartas, frases que dedicaba a Marta desde la más profunda de las tristezas, pero con la llama de amor en su corazón siempre encendida, Imaginaba volver a besarla, y su cuerpo se retorcía de mariposas, no podía creer que por fin había podido escapar de ese infierno, de esa sumisión en la soledad, y en la rigidez de su padre. Era libre.

El día amaneció frío, pero al final ya estaba en la capital, ya solo quedaba coger otro bus que la llevara al pueblo donde Zaida se había criado, y donde esperaba que su Martita la estuviese esperando, al menos para abrazarla, revivir y hablar.

Una hora después cogió ese bus tan esperado, Zaida estaba inquieta, mas aún que cuando Marta le hacía cosquillas cuando estudiaban, si, aun recordaba esos momentos, con melancolía y sonrisa en su rostro, se moría de nervios, quería llegar cuanto antes, aunque en parte tenía miedo, del rechazo, del olvido, de que el tiempo hubiese matado ese amor, porque total, eran pequeñas niñas de 15 y 16 años, ¿Quién la iba a tomar en serio?

Entre dimes y diretes que luchaban en su mente, el autobús tomó una ruta que le sonaba, que le resultaba familiar, vio esos arboles a lo lejos, los arboles gigantes del parque donde por primera vez ella y Marta se besaron. Uno de esos árboles que tiró una piña en la cabecita de Marta, le hizo un chichón tan grande que Zaida estuvo riéndose horas y horas, eso sí cuido a su Martita como si de una reina se tratase, si es que ese amor era real, completamente real, complicidad total y ambas desde el primer día lo sabían.

El vehículo frenó, ea, ya estaba ahí, Zaida estaba tan intranquila que ni siquiera se había preocupado por sus padres, solo tenía en su mente "buscar a Marta", tampoco había planeado como dirigirse a ella, si con confianza, como solía hacer o en cambio ir despacio, por si Marta no la reconocía o la había olvidado.

Reorganizó sus ideas, era hora de encontrarla, era sábado, Marta acababa de acabar los exámenes, ¿a donde iba Marta los fines de semana que no tenía que estudiar? Piensa Zaida, piensa, a sí, se venía al parque conmigo, montábamos en bici, nos columpiábamos como crías y luego íbamos a nuestro rinconcito a besarnos y a darnos mimos... forjando más aún si cabía su amor. Como echaba Zaida eso de menos, el problema era que eso no le valía en ese momento, así que fue a casa de Marta.

Zaida andaba nerviosa, titubeante, no sabía si llamar a la puerta, ¿y si la madre de Marta llamaba a la policía? ¿y si me odiaba por hacer daño a su hija? Zaida llegó a la calle de Marta, decidió ser precavida, solo quería que la viese su Martita, así que pensó en esperar en la acera de enfrente del chalet de lo que ella consideraba aun su novia, detrás de un seto, y ahí vigilar si el amor de su vida salia de su casa.

No hubo pasado ni media hora, cuando Marta salía por la puerta, con los patines puestos, con ese temblor que tenía cuando bajaba las escaleritas de su portal, con su pelo recogido, su camiseta blanca deportiva, sus vaqueros cortos que le marcaban su cinturita, sus piernas morenas torneadas de patinar al sol, el corazón de Zaida subió de mil a dos mil pulsaciones en cuestión de segundos, Marta estaba igual que hace dos años, igual de guapa, de perfecta, de adorable. ¿Qué debía hacer ahora? Por lo pronto se quedó escondida tras el seto, mirando como Marta empezaba su paseo, y no se percataba de que Zaidita estaba ahí a unos 30 metros de distancia.









sábado, 26 de octubre de 2013

Zaida y Martita: Parte 2



Zaida se instaló en su nueva casa, su nuevo "hogar", el que la mantenía lejos de quien ella amaba, a unos 800 km de la que hasta ahora había sido su único apoyo real en la vida, se disponía a llamar a Marta, para decirle que la echaba de menos, que ya se había instalado, y también para darle su nueva dirección y así poder escribirse mutuamente.

"Tininin, tininin, su línea de teléfono ha sido cortada, tininin, tininin" El corazón de Zaida comenzó a palpitar de susto y dolor, fue corriendo a preguntarle a su padre que había pasado con el móvil que porque no le dejaba hacer llamadas.

-Mientras vivas bajo mi techo se acabo cualquier comportamiento homosexual, hasta que te cures o hasta que te independices.

Las palabras se clavaron directas en el corazón de Zaida, en su cabeza, no podría hablar con Marta, ni verla, ni siquiera decirle que todo esta aparentemente bien, la iba a perder, le había prometido visitarla, escribirle y era imposible. El padre de Zaida la llevaba al colegio, le controlaba cada paso y cada vez que Zaida interactuaba con alguien, y por supuesto fuera Internet y fuera móvil. La pobre Zaida estaba amargada, su vida se oscurecía, esta vez de verdad, ahora no parecía que hubiera vivido nada con aquella chica, todo se le estaba desvaneciendo.

Su vida había pasado de lo más feliz que pudiera nunca imaginar a la más fría de las noches en soledad, todo cuanto imaginó se le estaba derrumbando, el comportamiento de su padre, y la pasividad de su madre la estaban llevando a un sufrimiento total. Cada noche reflexionaba, pensaba que podría estar Marta haciendo, la imaginaba llorando, de lamento, de no saber nada de su Zaidita, y a esta eso le mataba lentamente.

Pasaban los meses, Marta estaba atónita, su alocada Zaida mentía, o eso pensaba, Zaida le juró volver, le juro mensajes, cartas, comunicación, le juró que el olvido y la distancia no las mataría, y todo se estaba terminando. Marta poco a poco, a pesar de que su corazón decía lo contrario, decidió olvidarse de Zaida como pudiera, aunque siempre que trataba de ilusionarse por algo o alguien que la hiciera olvidar a ese amor de hace ya un año, una fuerza sobrenatural se lo impedía, en su cabeza siempre aparecía el nombre de esa chica que la había subido al cielo con sus besos, su pequeña Zaida... Marta pasó esas primeras semanas llorando, desconsolada, cada poco tiempo volvía a aquella esquina del parque, lloviera o nevase, a revivir esos momentos con Zaida, "ahí me beso por primera vez", "y justo ahí me pidió mi corazón.." luego caía de rodillas, deprimida porque eso jamas se volvería a repetir, tapándose la cara entre sollozos se quedaba en ese sitio, hasta que una amiga venía a por ella a recogerla, siempre que Marta desaparecía unas horas, sus amigas sabían que estaría allí. Meses después, esa costumbre se fue perdiendo y Marta decidió llevar el dolor por dentro.


Y es así como Zaida se encuentra ahora mismo, tumbada en su habitación, como ocurría al principio del relato, reflexionando acerca de ese amor, hará ya dos años que pasó, su padre sigue igual de controlador, no sabe nada de Marta, no sabe ni siquiera si esta bien, a su cabeza llegaban múltiples tormentos ¿y si le había pasado algo malo?

Zaida estaba dispuesta a esperar a Marta a conservar ese amor, en el fondo le alegraba la idea de no haber hecho el amor con Marta, de haber esperado, porque ahora Marta podría entregarle ese privilegio a alguien que la mereciera. Así pensaba Zaida, se sentía inútil, sucia, sentía que no había merecido nada de lo que Marta le había dado, habían pasado ya dos años, y deseaba con todas sus ganas que Marta la hubiera olvidado y estuviera feliz ahora con otra. Zaida pensaba que había traicionado a Marta, y que por ello Marta ahora mismo ni se acordaría de ella, pero una cosa de la cual no tenía duda, era que en cuanto pudiera iba a verla, aunque solo fuera para verla de lejos y asegurarse que esta bien.

En la cabecita de Zaida había varias opciones, tenía miedo de que cuando pudiera verla Marta ya se hubiera olvidado y si la ve, hacerle daño con el recuerdo, así que pensaba en sólo vigilarla y ver si era feliz, otra opción era ir a por ella, a explicarle todo, pero no pensaba que pudiera creerla.

Zaida tenía un carácter fuerte, luchador, de una u otra forma quería ir ya a ver a Marta, sabía que esta había cumplido ya los 18, iría a la universidad, y quien sabe si se va fuera de su ciudad, o fuera de España, la podría perder para siempre, tenía una semana para planear su huida, y el mismo tiempo para planear como ir a verla sin hacerla sufrir, no sabía como estaba Marta en esos momentos. Aún podía sentir su aroma en la camiseta que le regalo, la cual ponía en la almohada y abrazaba cada noche.

"Cuando hay amor, la distancia y el tiempo no importan, lo que importa es cuanto estas dispuesto a soportar su ausencia para esperar su presencia" Zaida decidió aplicarse esa frase, que acababa de leer en un libro que se estaba leyendo, ella le prometió a Marta una vida, una familia, un futuro, y Zaida esta dispuesta a hacerlo realidad, si Marta aún lo estaba, así que a pesar de la actitud de su padre, su cabeza se puso a maquinar distintos planes para ver a Marta, dos años son mucho tiempo sin ver a tu chica, si su chica, Zaida aún lo sentía así, y esperaba que Martita también, su vida era un abismo sin fin en esos momentos, e iba empezar a escalar desde ya.









Concurso foto tetas dedicada.


Tenéis hasta el día 1 de noviembre para enviar vuestra experiencia a tuxcasualidadnoserasbollerita@gmail.com algo como lo que podéis leer a continuación, la ganadora, elegida por Lucia y por mi, y otras dos chicas que elegiré de twitter, se llevara una foto tetas dedicada. Os animo a participar y compartir vuestra primera experiencia comiendo un coño.



EXPERIENCIA A:

Tenía su coño a escasos centímetros de mi boca. Sabía perfectamente qué hacer con él pero la práctica era otra cosa. Con cuidado fui besando poco a poco su pubis, bajando más tarde a sus ingles, notando cómo se estremecía. Poco a poco fui lamiendo su clítoris y metí mi lengua por sus labios sacándole gritos de placer. Me dejé llevar por sus gemidos y cada vez movía mi lengua más rápido y más intensamente. Tenía mis manos en sus piernas y se las abría cada vez más, sin parar de lamerle cada rincón de su sexo hasta que se terminó corriendo.


EXPERIENCIA B:

Mi primera vez fue con una francesa que conocí,yo era una cría y ella tenía 22 años,rubia,atractiva,ojos azules...un pivón vamos!Una noche nos emborrachamos y nos besamos,me invitó a su casa.En el momento cama,cuándo baje a chupárselo...fue una de las experiencias más placenteras que descubrí.Ella estaba cachondísima,agarrándome del pelo,jadeando...¿y yo? No podía parar de comérselo,me encantaba sentir toda su humedad en mi boca,el clítoris hinchado,toda su entrepierna mojada,mis dedos se movían dentro de ella al son de sus gemidos.Pensaba que el sabor me parecería desagradable,pero al contrario,me puso muy caliente el sentir todo eso; después de probarlo es una comida que incluyo en mi dieta jajaja .Se corrió 874383 veces...yo incluso más porque nunca nadie me habían follado así,aún así estuvimos toda la noche haciendo l'amour

EXPERIENCIA C:

Fue algo repentino, fui a casa de mi novia como inexperta, nunca lo había hecho entonces tenia los nervios normales de ese momento. No estaba planeado pero sabia que lo íbamos a hacer, nos liamos hasta quedarnos desnudas y bueno, me tocaba a mi ya que fui la que tomó la iniciativa, le bese una vez los labios y baje besándola para que se calmase hasta que llegué ahí. Tampoco me lo pensé dos veces y le pasé el dedo índice por el clítoris, hasta que decidí pasar la lengua, era raro pero a la vez me encantaba, ella se estremecía lo cual me hacia moverla mas rápido, era algo nuevo lo cual me excitaba mas y por decirlo de alguna manera, estaba hasta rico, no paré hasta que se corrió y fue una sensación digna de recordar, es un momento memorable. Es increíble que podamos provocar eso en una mujer simplemente con la lengua.


EXPERIENCIA D:

Fue con una amiga, que estábamos de rollo en secreto, empezamos a liarnos como de costumbre, le metí la mano en el pantalón, como siempre solía hacer, pero esta vez me chupe los dedos, me supo genial, y me lancé rapidísimo a comérselo todo, le bajé los pantalones, las braguitas, y lamí, me gusto, me excitó y me puso mas cachonda que nunca, ella jadeaba, me empujaba mas a su coño hasta ahogarme, había veces que me tenía que salir a respirar un poco pero ella me ataba con las piernas mas todavía, me gusto bastante pero me ahogué un poco, supongo que porque ella se puso más cachonda, fue todo en mi casa en la cama.


EXPERIENCIA  E:

Como mi novia lea esto se enfada jajaja, pues a ver, estaba por Chueca con unas amigas, yo ya me había liado con una de mis amigas, y las dos estábamos bastante borrachillas ya, encima ella dormía en mi casa, y a mi esa noche su escote me estaba enloqueciendo todo el rato, se acabó la noche, fuimos a la cama, íbamos super pedo, así que nos acostamos en la misma cama, nuestra lívido estaba por los aires, nos empezamos a tocar super lascivamente, y ella, que tenía experiencia en sexo con chicas, me dijo “cómemelo” y yo me asuste pero fui a por ello, saque la lengua, y ella me iba diciendo “aprieta, círculos, no se que….” Me empapó la boca, me gusto, luego como una energúmena fui a comerle las tetas.


Zaida y Martita: Parte 1.



"Mi vida es muy triste sin ella, no está, ¿cómo puedo ser feliz sino tengo tus miradas? ¿cómo una sola personita en la tierra me ha hecho así de feliz y ahora no tengo nada? Todo por culpa de la distancia, de la separación, de no haber luchado por lo que sentía, si es que soy tonta, debería haberme quedado, me debería haberme dado igual el quedarme, aun alejándome de mi familia, porque si ellos no me aceptan, tendrán que aceptarme por obligación, porque mi verdadera familia, es Marta, es ella con quien quiero compartir mi vida, joder." 

De esta manera, Zaida se torturaba cada uno de los días que no estaba con Marta, debatiéndose entre esos pensamientos que la azotaban noche si, noche también, había sentido algo muy fuerte por aquella chica, y no había conseguido olvidarla. Ellas solían vivir en la misma ciudad, juntas se descubrieron a sí mismas, ambas entraron en eso que llamamos armario, por amarse, por quererse más allá de las normas y de lo permitido en aquella pequeña ciudad. Estuvieron varios meses juntas, de risas, de cuentos, de besos eternos y de momentos que jamas olvidarían, construyendo algo muy bonito entre las dos. Se escondían en un parque que las dos conocían muy bien, y ahí sobre una toalla en el césped pasaban horas y horas besándose, dándose mimos y jurándose que estarían juntas a pesar de todo lo que pudiera venir por ser dos chicas que se quieren.


Pero claro, no era oro todo lo que relucía, los padres de Zaida, eran muy controladores, esa clase de padres para los que a cualquier edad eres su niña y no hay más, haces lo que ellos te dicen; uno de esos días en los que Zaida y Marta iban al parque, el padre de Zaida, las descubrió, tal lió se formó en casa de Zaida, que decidieron llevársela, así que toda su familia se mudó lejos de allí, a varios cientos de kilómetros de donde Zaida conoció a su primer y único amor. Tenía tan sólo 15 años así que no pudo oponerse al traslado.


-Cariño, me tengo que ir, lo siento, te voy a esperar, quiero que me esperes por favor - Zaida
-¿Có..cococomo que te vas?- musitó Marta entre sollozos- ¿A donde? ¿Y yo que? ¿Me vas a dejar aquí sola? 

En ese instante, todos los momentos vividos juntas pasaron por la cabeza de Marta, rapidísimo, sin pararse en ninguno, porque todos habían sido perfectos. No podía creerse que todo iba a terminar de un plumazo.



-Lo siento, es mi padre, nos ha pillado, quiere que me aleje de ti, me obliga a irme, pero tranquila, que no te voy a olvidar, que vendré a verte, te lo prometo, ¿te acuerdas cuando nos escondimos en aquel seto, te di la manita, y te juré que siempre serías mi niña? - Respondió Zaida, con templanza, quería estar tranquila para centrarse únicamente en que Marta estuviese bien.
-Si, claro que me acuerdo, ¿seguiré siendo tu niña? - Marta



-Serás mi niña, mi pequeña, mi novia, mi mujer y todo lo que la vida nos de, la distancia no va a matarnos ¿vale? Te escribiré, vendré a verte - Zaida
-¿Me lo prometes? - Marta, sonreía por momentos, Zaida había dicho la palabra mujer, mujer, eso significaba algo importante, compromiso, Marta siempre había temido que la alocada Zaida la dejase, pero al mencionar solo esa palabra se sintió mas segura que nunca antes.
-Prometido - Zaida.

Se fundieron en uno de los abrazos mas tristes y cálidos que jamas habían vivido en su piel, se besaron, sabiendo que quizás jamas volvieran a repetir un beso así, sonriéndose una a la otra, pero llorando en su interior, aparentando alegría para hacer esa amarga despedida algo mas llevadero. No podían creerse que en cuestión de horas, todo se estaba acabando.

Zaida era una chica valiente, un poco más alta que Marta, aunque más pequeña de edad que ella, Marta tenía 16, llevaba siempre el pelo recogido, era morena, tenía la carita redonda y unas pequitas que volvían loca de ternura a Zaida, esta en cambio, era rubia, de ojos azules, pero azules cálidos, como sus brazos que recogían a Marta de tal manera que la hacían sentir sana y salva en cualquier situación. Ambas sabían que esta separación les haría daño, calculaban unos 3 años para poder estar juntas de nuevo, y en ese tiempo, se escribirían, y tratarían de ir a visitarse para mantener la llama de amor siempre encendida, o eso pretendían...

martes, 1 de octubre de 2013

Eva y Jota, ¿folloamigas o algo más?


-Ven corre, te necesito ahora mismo - Jota
-¿Qué pasa? - Eva
-Estoy supercachonda, corre ven ya, te espero - Jota

Y así eran muchos de los mensajes que Jota y Eva se mandaban mutuamente para quedar para desahogarse salvajamente, tenían una relación en parte de amistad, pero con total derecho a roce, cada una podía llamar a la otra, y en ese momento se veían, para lo que se dice claramente, follar. Jota esperaba a Eva en su habitación, las dos vivían independizadas, así que simplemente cada vez tocaba en cada casa, Eva entró, directamente se tiro sobre Jota.



Jota la esperaba en ropa interior sobre la cama, unas braguitas muy pequeñas negras, y un sujetador cuyas tirantas estaban medio bajadas, al ver esa escena era imposible no ponerse cachonda, y querer tirarse a esa tía buena que tenía sobre la cama, que se iba a entregar a ella de la manera más salvaje posible.

Empezaron a besarse, mientras Eva se iba desnudando como podía, ambos cuerpos jugaban a altas temperaturas, Jota suspiraba con cada prenda que Eva se quitaba, porque cada vez que se desprendía de algo, el cuerpo de Eva tocaba el cuerpo de Jota, piel con piel. Ninguna paraba ningún segundo para descansar, estaban ahí para darle caña a la otra, porque cada una sabía que recibiría lo mismo de la otra, así que a ver quien da más.







Jota se acercó al oído de Eva susurrando "Quítamelo todo" A Eva eso la volvía loca, algo le recorría por dentro, algo le subía de pies a cabeza, pasando por su entrepierna que lo único que hacía era palpitar. Eva tomó a Jota de la mano, ambas se pusieron de pié sobre la alfombra del cuarto. Le dio la vuelta, colocándose Eva detrás de Jota, estaban ya las dos completamente desnudas. Jota de espaldas a Eva, Eva rozando con su entrepierna el culo de Jota, mientras acariciaba su espalda, mientras le comía el cuello, haciéndola sentir muy perra, poco a poco Eva bajo sus manos por el torso de Jota, iba a coger lo que era suyo en esos momentos.


Jota jadeaba, cada vez más húmeda, tenía a Eva detrás excitando cada uno de los rincones ocultos de su cuerpo, primero su cuello, por el que la lengua de Eva se había abierto paso sin control ninguno, segundo porque sentía en sus muslos y parte de su culo como Eva trataba de restregarse para satisfacer todas las humedades que tenía en su entrepierna, y tercero porque la manita de Eva estaba pasando por su monte de venus, el de Jota, dispuesto a bajar más allá; y allí que fue, los deditos de Eva llegaron al clítoris de Jota, movió sus dedos en círculos, Jota se retorcía, lo que la llevaba a poner su culo en pompa contra Eva, y esto a Eva la excitaba más, notaba como de perra se estaba poniendo Jota, cada vez más acaloradas las dos.


Eva a punto ya de explotar, con la mano completamente mojada de tocar a Jota, esta estaba jadeante, lanzando gritos ahogados, deseando ser follada de una vez, deseando satisfacerse, cada una pensaba en esos momentos en su propia satisfacción, en cubrir todas las necesidades sexuales del momento, en bajar ese calenton bestial.

Jota se dio la vuelta rápidamente, no quería ser provocada más, quería ya a Eva follándola, su cuerpo no podía ya palpitar más, iba a reventar, pero Eva no la dejo, la empujó contra la cama, dejándola boca arriba, Eva se colocó encima, pero en sentido contrario, lo que todas conocemos como sesenta y nueve vamos. Ambas se restregaban como podían contra la boca de la otra, querían correrse, ¡lo necesitaban!


Apretaban más y mas, abriendo bien las piernas para que la otra pudiera entrar bien y lamer cada uno de sus húmedos rincones, incluso llegando a poner la puntita de la lengua en la entrada, eso las revolucionaba más. Hacían amago de restregarse y follarse contra la barbilla, se retorcían, hasta que dejaron de estar tumbadas para quedarse haciendo lo mismo pero de lado, descontrol de la situación total. Las dos ya se conocían bastante bien en estas situaciones, todo lo hablaban con los ojos, las miradas, y las palpitaciones corporales.

Jota se giró, dándose la vuelta, sus ganas de follar no hacían mas que crecer y subir de nivel, separó su boca de la entrepierna de Eva, la puso sobre la cama, boca arriba y le abrió las piernas, se colocó a un lado todo con mucha rapidez y desesperación de tantos jadeos sexuales que soltaban, Jota empezó a acariciar el clítoris de Eva, quería follársela ya, así que sin más preámbulos, a parte de comerle la boca, cada una con el sabor de la entrepierna de la otra, lo que las ponía mas cerdas aún; también le metió dos dedos, haciéndole movimientos rápidos dentro, haciéndola vibrar, reventar de placer múltiples veces.


Eva tenía mil quinientos calambres por el cuerpo, calambres de placer, Jota haciéndole de todo le permitía sentir placer con todos los sentidos, un placer al parecer no sólo sexual, Eva iba más allá de solo satisfacer el deseo carnal, advertía cierto sentimiento interior, que le gustaba pero a la vez le inquietaba, aun así Jota hizo que Eva se corriera hasta reventar y caer rendida, los dedos de Jota se habían deslizado sin ningún problema dentro de Eva, ya conocían bien ese terreno, y sabían a la perfección como tocar esos puntos que provocaban más gemidos.

Jota terminó con Eva, Eva no podía seguir más, estaba decaída y extrañada por ese sentimiento que le había asomado en la cabeza mientras se encontraba en aquella situación, no iba a negar tampoco que estaba disfrutando como nunca y como siempre. No tuvo fuerzas para ir a por Jota y comérsela, sino que se quedo tumbada al lado de ella, mirándola, pensando, que que bonito podría ser que todo aquello que acababan de hacer fuera algo más, algo no sólo de satisfacción corporal, sino también del alma.

Eva estaba cansada de pensar en su cuerpo, quería hacerla reír y mientras poder besarla, quería romper esa timidez que caracterizaba a Jota a veces, pero romperla con gestos y palabras, necesitaba no tener que llamarla para poder estar con ella y precisamente en la cama, quería que todo surgiese cuando ambas se sintieran agusto, quería algo más que una relación que estaba empezando a ver como "sucia", le dolía la idea de que algún día eso se acabase y que lo que un día quiso y tuvo al alcance de las manos se le escapase. Lo malo es que su miedo al compromiso le podía, precisamente ambas estaban en esa relación porque las dos habían sufrido antes, en los planes de Eva no estaba enamorarse. No quería volver a quedar con Jota de esa manera, necesitaba paliar esa necesidad de su alma o al menos hablar con ella e intentarlo, pero no quería defraudarla, tenía miedo de alejarla.




¿Qué hacer cuando no quieres estropear lo que tienes? Una amistad a la vez que una relación sexual, pero quieres ir más allá y poder sentirte agusto con lo que tu corazón te dice, obviamente poder follar cuando quieras a la persona que te gusta esta genial, pero si tu corazón quiere algo más, a ti te aliviaría mas que todo fuera a tu manera. ¿Qué haríais vosotras?